La baja de ingresos en los hogares y la interrupción de las trayectorias educativas son los agravantes que señala la última encuesta realizada por la OIT, Unicef y el Ministerio de Trabajo, la cual arroja que la mitad de los niños, niñas y adolescentes que trabajan comenzó a hacerlo durante la pandemia.
En términos generales, excepcionalidad, transitoriedad y complementariedad fueron los prismas desde los cuales se concibió la explotación laboral infantil, justificando con esto su ingreso al mercado laboral a través de la historia. Sin embargo los datos dan cuenta que década tras década las cifras de los niños, niñas y adolescentes que trabajan van en aumento.
La edición de Rayos X consultó sobre el tema a la Licenciada en Trabajo Social UBA, Nancy Méndez.