Las cifras coinciden con un aumento perceptible de la circulación de una nueva variante del virus en países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia, en pleno verano boreal.
Cuando se creía que las alarmas por la pandemia de coronavirus eran cosa del pasado, los casos detectados a nivel mundial aumentaron 80% en el último mes. Aunque a pesar de ello, la mortalidad bajó 57% según los datos de la Organización Mundial de la Salud.
Las cifras coinciden con un aumento perceptible de la circulación de una nueva variante del virus en países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia, en pleno verano boreal. Entre el 10 de julio y el 6 de agosto se registraron cerca de 1,5 millones de casos, un aumento de 80% respecto de los 28 días previos.
Si bien la cifra de fallecidos cayó un 57%, la OMS advirtió que los números no reflejan la situación real porque los tests de diagnóstico y el seguimiento de la pandemia han caído de manera contundente.
En la región del Pacífico occidental las infecciones aumentaron en el último mes 137%, añadió el organismo. Las autoridades sanitarias en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, India y Japón anunciaron igualmente alzas de casos, aunque más moderadas.
La OMS declaró a principios de mayo que la pandemia dejó de ser una emergencia sanitaria mundial. Pero su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que «el virus sigue circulando en todos los países, sigue matando y sigue cambiando».
Su versión EG.5, apodada Eris por algunos científicos, es actualmente la más analizada porque podría ser la responsable del rebrote.
Más de 17% de los casos de Covid-19 reportados a mediados de julio fueron atribuidos al EG.5, en comparación con el 7,6% del mes anterior, según la OMS. La versión EG.5 es una subvariante de la familia Ómicron, que a su vez forma parte de la cepa XBB.
«Se ha identificado en India, pero también en otros países asiáticos, en Norteamérica y en Europa, donde tiende a suplantar a las variantes dominantes anteriores», explicó a la AFP Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra.
«La evidencia disponible no sugiere que EG.5 plantee riesgos adicionales para la salud pública», pero «sigue existiendo el riesgo de que surja una variante más peligrosa», advirtió Tedros.